miércoles, 21 de noviembre de 2018

La independencia de Cataluña.

El dilema que se nos presenta ante la posibilidad de un referéndum de autodeterminación de un pueblo como Cataluña dentro del estado español, es el compromiso entre dos libertades.
La libertad del pueblo catalán para decidir sobre su identidad y la libertad del pueblo español de avanzar hacia una sociedad sin fronteras donde sea más importante la solidaridad entre regiones.
Bajo mi punto de vista, en un estado democrático como el español, se debería llegar a acuerdos a través del diálogo, cediendo ambas partes y evitar en lo posible generar tensiones que extremen las posturas. Con esto me refiero a situaciones como la encarcelación de políticos o el odio que se genera en la sociedad con escraches, o el uso excesivo de símbolos por ambas partes (banderas, lazos amarillos...).
La solución de este problema no va a ser fácil ni tampoco será inmediata, pero mi opinión es que solamente se llegará a un entendimiento si se le concede al pueblo catalán más autogobierno intentando solucionar los desajustes sociales culturales y económicos.
En el momento en el que se solucionen estas diferencias el problema de la autodeterminación se reduciría y tendería a desaparecer, debido a que el pueblo catalán es un pueblo generoso y solidario como ha demostrado a lo largo de la historia. La mayoría de la población catalana dejaría atrás los valores independentistas y preferiría mantenerse en la sociedad española y pertenecer al pueblo español. También es cierto que los dirigentes independentistas están ahora mismo en una situación muy complicada con grandes diferencias ideológicas entre ellos y sin el apoyo de Europa, por lo que si se realizan concesiones desde el estado español sin duda habría acercamiento ya que no tienen una salida fácil ni bien vista por Europa si se quisieran independizar definitivamente.

¿Podremos llegar a conocer toda la realidad?

El ser humano desde el principio de la historia ha tratado de comprender la realidad que le rodea, siempre ha querido dar respuestas a sus preguntas. Al principio las personas tendían a responder a esas preguntas de una forma mítica, eran respuestas fantásticas, es decir, erróneas y no basadas en el razonamiento empírico. En la mayoría de ellas aparecían dioses y seres transcendentes.
Con el paso del tiempo esas explicaciones han ido evolucionando, a partir del siglo VI a.C. apareció el pensamiento racional en Grecia, con el que se daban respuestas argumentadas y justificadas basadas en leyes científicas.
Como bien sabemos, el pensamiento racional es algo progresivo, es decir, cada vez vamos conociendo una parcela más amplia de nuestra realidad, conocemos más respuestas, pero a la pregunta de: ¿Podremos llegar a conocer toda la realidad? Yo respondería que no, ya que bajo mi punto de vista, el ser humano seguirá planteándose siempre nuevas cuestiones e investigando sobre ellas. Esto permite que nuestros conocimientos sigan avanzando y progresen como ha sucedido a lo largo de la historia. Se podrán dar soluciones a algunas cuestiones que ahora mismo pensamos que son casi imposibles de demostrar, como la creación del universo, pero a la vez surgirán nuevos retos  que no llegamos ni siquiera a plantearnos, y por ello seguiremos siempre teniendo preguntas sin resolver.
En conclusión, no creo que lleguemos a conocer toda la realidad, debido a que nuestros conocimientos son progresivos, y en el momento en el que conocemos nuevos hechos querremos descubrir otros, el ser humano es un animal curioso por naturaleza e intenta dar respuestas a su entorno pero nunca llegará a conocer toda la realidad.